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lunes, 7 de septiembre de 2015

Las alas de la creatividad


"Sólo el que ha estado en el agujero puede salir de él." He leído esta mañana en un cartel publicitario del musical " the Hole". Parece una afirmación bastante lógica, y esto, inevitablemente, me lleva a plantearme lo siguiente: ¿Es necesario el dolor y el fracaso absoluto para alcanzar nuestras metas más altas? ¿Tú qué piensas? Tras darle muchas vueltas no consigo encontrar una respuesta definitiva. Yo creo que el dolor y el placer son algo que se necesitan como la noche al día, el frío al calor, el ruido al silencio o la luz a la oscuridad. Las piedras preciosas son tan valiosas no sólo por su indudable belleza, sino por su escasez. Si la corteza terrestre fuera de oro quizás fuera de barro la casa del hombre rico. En mi corazón hay una semilla, que germina, crece y florece cuando bebe de la fuente del amor. No puedo obligarla a crecer.Sólo lo hace cuando las circunstancias se lo permiten y esperará, muy paciente, el momento. Sus células, aunque no tengan  el agua y la luz del sol, no se dejarán morir, porque se alimentan de esperanza. El amor me llega a través de un cuentagotas, en forma de susurros y recuerdos que apenas puedo vislumbrar por unas milésimas de segundo. Es la escasez de estos momentos de iluminación espiritual lo que hace que sean tan valiosos y ha sido tan grande el dolor en mi pasado, que deseo sentir su opuesto con la misma intensidad.

La palabra es un don divino que tiene propiedades mágicas y debe ser usada en su justa medida. A veces me siento el Ángel caído, expulsado del reino de los cielos, caminando errante durante largos años, batiendo las alas para emprender de nuevo el viaje hacia la luz del sol.

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